Hijo adoptivo de Córdoba 2010

Mañana Córdoba tiene una cita en la Sala de los Mosaicos del Alcázar de los Reyes Cristianos con un hombre que sufrió desde un principio en su obra un silencio incómodo. Nunca se posicionó políticamente porque la guerra civil fue el mayor disparate en la historia contemporánea española. Silenciado por unos y aclamado por otros, Ginés Liébana es la más perfecta comunión entre arte y vida que un entusiasma puede ofrecer a un mundo alienado.

Tuvo que madurar a marchas forzadas para aprender a vivir en culturas tan diferentes y complementarias como la brasileña, la veneciana, la parisina, la suiza y, ya por último, la madrileña. Todo eso sin quitarse nunca su disfraz de azahar andaluz. Mañana Córdoba le rinde su último gran homenaje, al haberle condecorado con todo lo habido y por haber relacionado con el arte. Nombrado Cordobés del año en 2005, consiguiendo la Medalla de Oro de las Bellas Artes, Miembro activo de la Real Academia de las Buenas Letras y ahora como hijo adoptivo. Y eso es lo que siempre ha sido, un hijo que pide el amparo de un mundo que no encuentra suyo porque nada es de nadie, pero que con sus obras se gana el cariño de todo lo que toca.

Es un pintor que ha estado siempre rodeado de los grandes nombres de la cultura mundial de los más variopintos sectores. Tenemos a Salvador Dalí, Picasso y un sin fin de genios del pincel. Actrices como Sara Montiel, Lucía Bosé, Margarita Xirgú, Nuria Espert. Destacar a Camarón, Alaska, Marta Sánchez, Lola Flores, Rocío Jurado y Miguel Bosé entre los musicos. Escritores amigos íntimos suyos como Pablo García Baena, Francisco Nieva, Antonio Gala, Paco Umbral, Gloria fuertes o Juan Bernier. Hermano putativo de Ana y Loyola Palacio. Retratando a las más insignes figuras de la política y el arte europeo. Todo ello sin vanagloriarse nunca de ser quien es por estar con quien ha estado. Todo lo contario. Ellos están junto a él por ser de la forma que es.

Como ya dijimos en una entrada posterior, mañana se hace justicia con un hombre que ha sido embajador y profeta de su tierra. Porque a los genios hay que valorarlos en vida, para que sienta el peso de sus justas medallas, para que le truenen los oídos por los aplausos que arranca, para que cuando llegue el momento sonría mirando hacia atrás convencido de que vino para hacer del mundo un lugar mucho más cómodo, mucho más sensato.

¡Va por ti, Maestro!

Todos los derechos reservados. Jesús Leirós 2010 ©

Publicado por Unknown en 23.10.10