Hace justamente 50 años cinco chicas neoyorquinas hicieron temblar el mercado bursátil de Wall Street. Catherine Stutgart de 27 años acababa de terminar Derecho y decidió lanzarse a la aventura de pedirle trabajo nada más y nada menos que al jefe de una de las petrolíferas más importantes de EEUU y por ende, del mundo. Él mismo se ofreció a atender su solicitud al comprobar que se trataba de uno de los currículos más brillantes de cuantos había tenido entre manos. La hizo pasar de inmediato a su despacho para entrevistarle allí mismo. Pero en cuanto la vio aparecer todas sus esperanzas se desvanecieron. Catherine medía 1,62, pesaba 70 kilos, llevaba una ropa propia de principios de siglo y usaba un perfume que parecía que se lo había recomendado su peor enemiga. En ese mismo momento le dijo que se había confundido de lugar y dos agentes de seguridad la invitaron a que abandonara el edificio.
Todo había salido según el plan que ella misma había ideado. El siguiente paso ya estaba en marcha y en menos de dos meses cinco jóvenes dejaron sus currículos junto a sus fotografías. En realidad ninguna había terminado la Educación Secundaria y mucho menos tenían ninguna carrera Universitaria que era lo que se exigía para acceder a un único puesto. A pesar de estas vicisitudes, las cinco lograron un puesto de ejecutivos en dicha empresa. De nuevo todo marchaba como Catherine había planeado. En realidad se trataban de cinco modelos de belleza arrolladora las que se hicieron pasar por candidatas. Ella misma se había encargado de contratarlas para demostrar al mundo la poca eficacia profesional de esta empresa. El caso fue llevado al Tribunal Supremo en Washington ganando a los cinco meses la causa. Catherine no sólo consiguió (por órden judicial, eso sí) un puesto de trabajo en esa empresa sino que tuvo derecho a una indemnización de más de 23 millones de dólares de la época (1960). Se convertía así en una de las mujeres más ricas del país de la noche a la mañana.
Cuando la sentencia salió a la luz pública se vieron las notas que hizo el jefe de la petrolífera sobre cada uno de los informes de las "aspirantes": ¡Simplemente Irresistibles!
Os dejo con la legendaria canción que hizo honor a esta fantástica historia que tuvo un final de lo más revelador:
http://www.youtube.com/watch?v=UrGw_cOgwa8&feature=rec-LGOUT-real_rn-1r-26-HM
Todos los derechos reservados. Jesús Leirós 2010 ©
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Unknown
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4.11.10
7 comentarios:
ahora si entiendo ese videoclip! me encanta que compartas con nosotras estas historas.
Un muaaah!
¡Y tú amas pegarle patadas a la ortografía!
¿qué he puesto mal si se puede saber?
Zurbarán*
Polémica*
No te preocupes amigo, esto ocurre hasta en las peores familias.
Tu frase del blog es FÍSICA CUÁNTICA totalmente.
Has demostrado mucho!
Mi frase es de Jesucristo. Él fue el primer maestro de física cuántica del mundo. Estoy totalmente fascinado por esta ciencia.
Cada persona, cada entidad física que exista como tal en el Universo es un Dios en potencia. Pero no pensemos en el Dios con barba, sobre una nube que recopila todo lo que hacemos para después sentenciarnos. No existe el bien ni el mal. Ese es uno de los máximo errores que han condenado a la humandidad. El postmodernismo nos dota de la posibilidad de creer y valorar que la bondad no es la ausencia de mal. Es mucho más. Es aquello que nos permite evolucionar.
Eso es exactamente la física cuántica. Jesús de Nazaret es el pionero. Después todo se hizo a sí mismo.
Es lo primero que oigo bueno en este caso leo!!!
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