El currículum vitae es una inflamación administrativa de la personalidad, que se cura con un empleo fijo. El tránsito de la nada al salario mínimo y de ahí al paraíso sucesivo del salario mediano, el salario máximo y ya hasta que nuestros jefes se formen una idea liviana de los resultados de nuestra estancia en el mundo. Pasar de tonto corriente a tonto importante no es tarea fácil, y son necesarios muchos cursos y cursillos innecesarios, diplomas, congresos, idiomas, cosas, ¡inluso libros, Dios nos asista!, hasta que las neuronas se desprenden y caen, extendiéndose a nuestro alrededor como los pájaros muertos del poeta. Frabircarse un currículo decente es un arte: el arte de perder el tiempo en lo accesorio.
Cuando el hombre busca trabajo se considera en la obligación de dilatar su autoestima hasta límites que avergonzarían a su propia madre. Cualquier incidente puede alegarse como mérito: haber llevado el botijo a la era durante los años de bachillerato se traduce por "asesor técnico de la empresa familiar durante tres años".
El currículo es la exageración de lo pequeño, la habilidad casera para sacar de donde no hay, una biografía de pitiminí para oficinistas. Todos los currículos parecen escritos por una abuela compasiva.
Del currículo ha hecho la Universidad un género literario. Currículos gordos como tesis doctorales; encuadernados en piel, aunque no humana; hinchados de tejido adiposo, medallas superfluas, honores de mesa camilla, gloria menor y transeúnte. Cientos, miles, millones de publicaciones en cada vida tan breve. Cosas que nadie leerá, pero citarán todos, y que enseguida amarillean y adquieren ese tacto de flor seca. Que hablen, ¡que hablen de nosotros aunque sea en la crónica de sucesos! La humildad es una virtud que deprime.
Siempre he pensado que los genios, los verdaderos, no tienen currículo. ¿Valdrían más los cuadros si Picasso hubiera sido licenciado en Económicas? A la estatura musical de Bach, ¿añadiría algo un máster en Medio Ambiente? Un buen currículum vitae nos consuela de pertenecer a la clase media de la cabeza. Y siempre podremos, en los ratos libres, escribir una mala novela para ganar el Planeta.
17 comentarios:
No me imagino yo a Don Pablo inaugurando la sesión en Wall Street a Dalí sí la verdad...
Me he reido muchisimo cuando has dicho eso de los botijos como si fuera una licenciatura de la UNED! jajajaja que bueno
Las madres nunca se averguenzan de sus hijos aunque esten haciendo el canelo dia y noche. A ellas les parece todo bien aunque su hijo emplee el tiempo en parchosadas de verano. Sí todaslas madres son así. Las malas madres me refiero.
Habría que hacer un especial con los cv mas raros que se hayan inflado para ganar puntos. Lo malo que en las entrevistas se ve que no hay donde sacar!!!
Tú eres de los pocos que no tendría que exagerar con su currículum.
Abrazos.
me gustas un poco mas que le mollete de Dalí
Cómo estamos??? tengo ganas de que nos veamos, un dia me llego a tu pueblo lo prometo o vienes tu!!! besos
Estoy de acuerdo contigo David L., Jesus es de los que a la hora de hacer su curriculum vitae no pone todo cuanto ha hecho, y se piensa mucho que poner para no mostrar prepotencia, ya que cuenta con una gran virtud que lo honra, que es la Humildad, a pesar de ser tan grande.
Bueno, para eso tienes que oonocerlo mucho. Solo la mitad de la mitad de lo que hace lo pone aquí Y lo veo bien, el arte de escribir hace a sus autores demasiado chobinistas.
Pensé que las críticas literarias se hacían en revistas especializadas y no en mis propias narices, ¡jajaja!
Mientras sean como la mía te interesa que se aquí... lo sabes.
Después no te quejes si hago exámenes de conciencia en el tuyo. Pero me los publicas sino tiene bastante poca gracia el asunto!
Yo ya lo intente y nada de nada!
Estais compinchados... ¬¬
jaja q bueno!!! XDD
Yo soy de los que creo que la un curriculum vitae es un genero literario, que comienza con el horror de la página en blanco, ejercita el ingenio tratando de hallar la hipérbole adecuada, el hacer de cosas nimias un viaje alucinante comparable al de Ulises, y finaliza con la mirada escrutadora del asesor de Recursos Humnanos, que no tiene nada que envidiar a la del crítico literario.
Y podemos clasificar los curriculums en géneros tales como fantasía, ficción periodística, suspenso, y muy pocos como terror,que son los que valen más la pena.
CV en realidad son las siglas de Conspicuo Vituperio por más que tratemos de retratarlo como lo que somos y valemos. Es nuestra alforja formativa, lo malo es que frecuentemente es dificil recurrir de forma efectiva a ella como hace Dora la exploradora con su mochila. En el mio aparecen cosas que vagamente recuerdo haber hecho y si eso es así, cuanto menos recordaré lo que se supone que aprendí. Pero si cuela, cuela.
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