Ante un público sediento de espectación, aparecen en escena los cuatro abanderados de la creación apocalíptica. El delegado de cultura de la Diputación de Córdoba, Antonio Pineda, el alcalde de El Carpio, Francisco Sánchez, Miguel A. Moreno, director de orquesta y Francisco Díaz, protagonista del cartel anunciador Scarpia X. El primero se desnuda y es a través de sus palabras de admiración donde deja entrever su también espíritu scarpiano. Cosa que nos gusta a todos. El segundo no puede (ni tampoco quiere) esconder su total devoción por un proyecto que ha catapultado a este pequeño pueblo a la vanguardia de los grandes festivales nacionales de intervención artística en el medio rural y urbano. Miguel Ángel sólo quiere agradecer y quiere hacerlo bien, como él sabe. Se acuerda de los presentes y ausentes. De aquellos primeros años cuando las jornadas todavía no habían sido siquiera bautizadas y los participantes dormían en el escenario del teatro desde el que ahora celebraba los diez años de un sueño asentado y cumplido. Recordaba también a cada uno de los buenos hombros y a cada uno de los hombres buenos sobre los que apoyó su ilusión día a día. De la entrañable Hisae Yanase, del gran elenco de artistas nacionales e internacionales que han brindado con su nombre y su talento por este pueblo de descarados soñadores. También quiso el que fue el entrañable Paquito, ahora disfrazado de un niño-hombre rosatto, leer un manifiesto acerca de la identidad que perdió al abrazar la adolescencia y conocer el sabor amargo de lo inhumano. Un vómito que tras diez años de gestación explota para denunciar a una sociedad cómplice que le enseñó todo lo que nunca debió aprender.
Foto: Jose María Hortelano
Foto: Jose María Hortelano
Y el gran plato fuerte de la noche viene cuando las autoridades, seguidas de cientos de carpeños y vecinos de diferentes puntos de la provincia, se trasladan a la impresionante Torre Garci Méndez que acoge las más importantes instalaciones artísticas que vertebran la colección Scarpia X. Todas ellas comisionadas por la historiadora del arte Noelia Centeno y por Miguel Moreno.
Foto: Jose María Hortelano
En la primera sala encontramos la obra "Mi sombra del otro" de Los Dobles, grupo integrado por Antonio Díaz Grande y Raúl Hevia, que jugando con el contraste entre el blanco y el negro presentan un trabajo donde cuestionan la duplicidad del cuerpo mediante el desdoblamiento de la propia identidad del artista a través de la sombra proyectada de uno y de otro. Sobre esta, se reproduce el efecto trampa de la superposición de las telas, una representación en papel de las mismas prendas que ellos presentan en sus retratos fotográficos.
En la doble proyección se muestran las dos únicas combinaciones posibles entre los tres elementos, estableciéndose así dos sistemas cíclicos alternos que dialogan entre sí a modo de falso reflejo, siendo uno el reverso del otro. De este modo, mientras un vídeo muestra en clave evolutiva un supuesto orden lógico de las mutaciones, el otro pone en crisis la dinámica anterior al funcionar de forma inversa. Juntos, ambos vídeos funcionan, como un doble movimiento temporal donde se enmarca esta suerte de representación del Proteo de nuestros días.
En la azotea de la torre dos esculturas situadas en suspensión sobre el espacio de un pequeño torreón vigía son portadoras de unas máscaras autorretratos de los dos artistas, hermanos gemelos. Sentadas en posición de aplaudir, su instalación está acompañada por una grabación de aplausos a intervales irregulares.
Foto: Jose María HortelanoTodos los derechos reservados. Jesús Leirós 2011
Publicado por Unknown Etiquetas: Scarpia en 18.8.11
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