Esa mañana el cocido estaba sin hacer y los mandiles seguían en el cajón. Se maquillaron con ambiciones de antaño. No les hizo falta más que ajustarse la faja y ponerse su pin identificativo. Era lo único que las diferenciaba del resto de las mortales septagenarias. Subían la cuesta hasta la plaza cada una por su lado. Se iban encontrando por las esquinas, y sin decir nada, seguían subiendo como alpinistas convencidas. "¿Concha, has traído los guantes?" - preguntaba una en plan sicario. "Sí, éstos de los chinos"; "Eso, que los de fregar no valen". Con su muro de crimen transparente y sus sprays rosa chicle, eran la viva imagen de las gamberras negligentes. Señores, no se sorprendan. A pesar de que todos les convencieron sin palabras de que ya su tiempo había pasado ellas siguen perfilando sus perfiles. Todos las intentaron disuadir, que no estaban en edad, que ya "no pintaban nada". La suerte es que ninguna de ellas se lo llegó a creer. ¡Benditas incrédulas!
- A todas las scarpianas de Scarpia Plus 2011 -
10 comentarios:
¡Qué grandes las abuelillas!!
Me super encantaaaaaaa!!
Pa que luego digan que en nuestro pueblo no tenemos arte
Nunca es tarde para ponerse manos a la obra. Ole por ellas
Que grandes las SCARPIANAS!
Yo quiero a una abuela asi!!
Ganas de vivir siempre
Y no se les pego el cocido??? XD
Pues si que han salido en programas las abuelas vamos los nietos tienen que estar que se suben por las paredes!! jajaja y la comida sin hacer!
Yo, cuando sea mayor-(?)-, quiero ser como ellas.
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