En estas dos semanas que lleva creado este blog debeis conocer ya su principal cometido: el amor. Sí, ese pseudosentimiento que está vanalizado más que nunca. Ese que nos convierte en verdaderos humanos despojándonos de nuestro disfraz puramente biológico. Ese que cuesta tanto encontrar y mantener. Con este espacio deseo brindarle el mayor de los homenajes. Pero no solo de letras y versos vive el hombre. Hoy quiero demostrar cómo el amor está presente mucho más allá de nuestras fronteras. En concreto en el mundo animal. Quiero que conozcais la magnífica historia de los albatros.
Estas aves son las más grandes que habitan en las Galápagos. Su población se estima en unas 22.000 en todo el mundo. Pero lo realmente atrayente de ellas es su longevidad. ¡Son las únicas aves que llegan a los 80 años de media! Una edad nada despreciable para un ave de su tamaño. "¿Y cuál es el secreto?" se preguntarán no solo los zoólogos, que también, sino todos aquellos que no queremos abandonar tan pronto esta historia tan corta e incomprensible que se llama vida.
Pues bien, se ha descubierto que los albatros solo coopulan con una sola pareja sexual. Es decir, desde que comienza el periodo de celo en la hembra, esta convivirá con un solo macho hasta su muerte. Y el macho por su parte le será férreamente fiel a su pareja por siempre. Es más, si por alguna circunstancia alguno de los dos quedase herido, su compañero de vuelo lo cuidará hasta la muerte y no le buscará un sustituto. Ahora sí estamos preparados para cuestionarnos ¿será el amor el responsable de que se multipliquen sus días? La respuesta de este secreto está "en el aire". Allí donde se enamoran estos eternos amantes.
3 comentarios:
ahora si, las aves son aves y los mamíferos son mamíferos unos aman en el cielo otros en la tierra
Solo puedo darte la enhorabuena y desearte la mejor de las suertes. mereces ser feliz.
Puedes hacer muchas cosas más, créeme. Como ser también tú muy feliz.¿Qué mejor objetivo que ese? Que nadie enturvie tu camino amigo. ¡Adelante, siempre adelante!
Yo no te deseo suerte, sinceramente. La suerte es para los que no valen. Te deseo justicia, así seguro que sales ganando. ¡Gracias de nuevo!
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