Conmemoramos este 15 de Marzo con dos hechos que hicieron historia de forma muy diferente tanto en tiempo como en repercusión social. Pero ambos tienen algo en común y es que fueron dos grandes errores que sólo con el paso de los años, o de los siglos, supieron reconocerlo.
El primero es el asesinato del dictador romano más famoso de la historia a manos de unos insurrectos republicanos. Julio César es apuñalado hasta la muerte en las escaleras del Senado romano. Elegido cónsul en el 59 a.C., César fue un reformista, popular, y no dudó en enfrentarse al Senado a menudo. Dio pruebas de gran estrategia militar al conquistar la Galia (salvo el pequeño pueblo de Panorámix) con planes de ataque hasta entonces insospechados. La lucha entre César y Pompeyo llevó a una guerra civil en el año 49 a.C., de la que César salió vencedor al año siguiente. Nombrado “Dictador Romano”, César viajó por el Imperio durante años y consolidó su reinado. En el 45 a.C. volvió a Roma y fue investido “Dictador Vitalicio”. Como regente único, César promovió ambiciosos programas de reforma y planeó la expansión del Imperio. Se ha querido ver una similitud entre Hitler y César a la hora de ensombrecer su plan de cambios y remodificación interna. Adolf consiguió casi el pleno empleo en Alemania y César consiguió algo parecido al constuir la mayor expansión del Imperio llegando incluso a construir las primeras carreteras hacia Inglaterra. También por la devoción tan explosiva que despertaba en sus legiones. Pero mientras el cadáver del pintor frustrado fue vitoreado en medio mundo, la muerte de César fue un error que pagaron caro sus enemigos . Lo asesinaron creyendo que su muerte llevaría a la restauración de la República en Roma. Sin embargo, el resultado de los Idus de Marzo fue una nueva ronda de guerras de las que Octavio, sobrino nieto de César, emergió como Augusto, el primer Emperador Romano. La República acabó aniquilada.
El segundo es el estreno de Gilda en EEUU. Una película que tiene el gusto de albergar la bofetada más famosa y el desnudo con el que según creían algunos deleitaría a medio mundo. Eso fue lo que ocurrió en España. La censura franquista aniquiló todas las copias de esta fantástica obra de Vidor prohibiéndola por ser demasiado provocativa para el público. Quedarse sin ver a esta megaestrella de raices sevillanas en su película por antonomasia eran palabras mayores. Tenía que tener un alto voltaje para tal decisión. Hicieron creer que la famosa escena en la que tararea su "Put the blame on Mame, boys......" (échale la culpa a la Madre Naturaleza, chicos...) concluiría con una Hayworth desnuda y deseosa de fiesta mientras le gritaban ¡más! ¡más!. Pero ni se desnuda, ni pide más guerra. Al contrario, se quita un guante con dificultad por su embriaguez simulada. Como simulada era la voz que ella cantaba en playback. "Toda una decepción" pensaron algunos. Pero sirve de ejemplo en este día en el que nos percatamos una vez más de que los errores sólamente desde la lejanía que da el tiempo son reconocibles y hasta en ocasiones nos hacen reír. Una carcajada histórica de autocomplacencia.
Todos los derechos reservados. Jesús Leirós 2011 ©
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Historias de vida
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15.3.11
6 comentarios:
¿Qué hubiese sido del mundo sin Gilda! Mejor no pensarlo... un beso enorme y a seguir así Jesús.
Prefiero "Amado mío" en la banda sonora de Gilda. Mucho más latina y con unas piernas que nunca acaban... Ya Rita está entre mis favoritas!!
Nunca volverá a existir una mujer como Gilda... es lo que decían en los carteles promocionales de la época.
Ahora mismo en el globo aparece como que te están visitando desde Nueva York....what next?!!
Lástima que Orson la tiñó y la despojó de su mítica melena pelirroja. ¡Guapísima en esta película, maravillosa!
Acbo de venr de Forum y e visto el cuadro tuyo que tienen colgao. ¡muerta!!! Cmo as pdido hacr eso cn esa tcnica de xinos!!!
El dbujo n si me gusta no te voy a engañar jajajaja.
1 besoteeee!
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